La excusa que ofrece el funcionario para instaurar la onda roja, es que, de otra manera, todos circularíamos cual Schumacher por las avenidas. ¿Y porqué no pone un zorro en cada avenida, que controle la velocidad, y a los demás nos deja ir sin prisa pero sin pausa? Con lo ahorrado en la compra de los infames aparatos, podría pagar varios sueldos de sus agentes, y de paso dar trabajo.
Una mañana me paré en el semáforo que está frente a FuadoAbdenur y Osadía (PNT, que le dicen). En tres minutos, por la avenida pasaron 40 vehículos, mientras que por Las Heras lo hicieron sólo 2. ¿Los tiempos asignados? 50 segundos contra 17, respectivamente. ¿Cabe en alguna cabeza? ¿Hace falta frenar una avenida para que alguien salga cada minuto y medio por el otro lado?
Pero la sinrazón reina en todas partes. En Sarmiento y Rivadavia instalaron otro aparato. ¿Para qué, si no hay cruce de autos? ¿Para que pasen los peatones? ¿No pueden pasar por la siguiente esquina? Otra: en Yrigoyen y Pedro Pardo hay tiempos muertos. Autos parados en ambas esquinas cuando pudiera darse el paso a la avenida. Son sólo dos ejemplos, no quiero sobreabundar.
En la ciudad las avenidas están cada vez más desiertas, y las angostas calles secundarias son las que mayor tránsito tienen que aguantar. Es natural, si en las primeras no nos dejan ir a una velocidad razonable, interrumpiéndonos con semáforos y reductores, que no están en las calles paralelas. ¿Nunca pensó en esto, estimado “Bafle”?
Dan ganas de llamar a la desobediencia civil. Por mi parte, ante la luz roja, miro y paso. Prefiero hacer esto a tratar de agarrar la onda verde, que sin querer los funcionarios han establecido en 120km/h. Prefiero esto, a tardar 3 veces más en llegar a cualquier lado, congestionando más el tránsito. Lo prefiero a circular por callecitas secundarias a velocidad de avenida, como casi todos.
Y como peatón, preferiría caminar por calles más tranquilas que las actuales. Hoy es más difícil cruzar la Vte. López que la Virrey Toledo. Y también extraño cuando podía cruzar caminando una avenida, sin tener que esperar a que pase el “malón” de autos que se pelean por recuperar el tiempo perdido en el semáforo.
Estimado “Bafle”: sepa escuchar al soberano. Si a esto le suma su experiencia, con seguridad sabrá aprovechar mejor a sus zorros y sus aparatos, para el bien de todos.
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