Emos, floggers y otras formas de no formar el propio pensamiento
Seguro que usted también se asustó con estas nuevas bandadas de adolecentes y no tanto que andan por las calles copiándose los unos a los otros, en un ejercicio inútil por diferenciarse.
Hablamos de tribus urbanas, rejunte de bípedos implumes que se caracterizan por vivir encerrados en sí mismos. Las pocas que miran al mundo, lo ven desde lo alto de una nube gris, equiparando el diario peregrinar de nuestra civilización con el andar de las hormigas antes de la tormenta.
Unos, los floggers, ven pasar la vida por la pantalla de su computadora. Rinden culto a la imagen, y su ofrenda se expresa en miles de fotos que “cuelgan” en algún rincón de internet. Montones de imágenes con los mismos chicos haciendo las mismas cosas. ¿O es el mismo chico? ¿Es chico o chica? Es difícil saberlo, son todos tan parecidos, que puede sucederle a Ud. lo que le sucedió a esta señora en la parada del colectivo:
- ¡Por Dios! – le dice a un extraño - ¡Mire a ese chico! Aritos, pelo largo, ropa apretada… ¡Parece una chica!
- ¡Oiga, señora, que ese es mi hijo!
- ¡¡¡Ay, disculpe, no sabía que usted era el padre!!!
- No soy el padre, soy la madre.
Sin embargo, esta tribu al menos es sincera. Los que no lo son son los “emos”, seres oscuros y depresivos cuya filosofía (con el perdón de Sócrates) repudia el culto a la imagen, no obstante andar divulgando sus penas y sus heridas a todo el mundo, disfrazándose de manera más estridente y ridícula aún que la de otras especies. Cabe preguntarse: si no quieren mostrarse ¿Porqué no pueden quedarse encerrados en sus casas sin asustar a los demás? Se quejan de que nadie entiende su dolor, pero debieran plantearse qué pasaría si los entendieran: su tribu ya no tendría sentido. Por suerte para ellos y para la supervivencia de su especie, nadie los va a entender jamás, ni siquiera ellos mismos.
Con perdón de los jóvenes que puedan sentirse tocados por esta nota, recibiremos sus comentarios en nuestro blog. Allí podrán dejar su opinión y hacernos saber su pensamiento, si tal cosa es posible. Bueno, y ahora va en serio: Chicos, no es bueno seguir a la manada. Con eso sólo se satisfacen los instintos más básicos de cualquier animal. Sólo si se alejan, podrán ver la riqueza de la diversidad. Sólo si se animan a buscar su propia forma de ser, podrán convertirse en el ser libre que todos estamos llamados a ser.
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