“Pereyra por mi mama, Inodoro por mi tata, que era sanitario” se presenta a sí mismo este gaucho macho y cabrío: Inodoro Pereyra, el renegau, es tan argentino como el dulce de leche, la birome o el colectivo. Y no porque use vincha, ande bien montao y sea bueno pa'payar. Esas son sólo apariencias y -se sabe- las apariencias engañan. Que lo diga si no la pobre Eulogia Tapia, a quien el Negro disgraciau del dibujante le hizo engordar 67 kilos en dos cuadritos. Recordemos aquello de la sangre rumorosa y la cintura cósmica. Cuando Eulogia aparece en la historieta era una linda mina, después se pone fulera”.
"No soy sólo una cara bonita"
"Tengo la humildá 'e los grandes"
"Tengo la humildá 'e los grandes"
Con más caderas pero no menos carácter, se vuelve una mujer estilo neorrealismo italiano: "Endijpué de tantos años, si tengo que elegir otra vez, la elijo a la Eulogia con los ojos cerrados -dice tierno, el renegau -. Porque si los abro elijo a otra".
La sabiduría del Inodoro
- Vago no soy, quizá algo tímido pa’l esjuerzo.
- Estoy comprometido con mi tierra, casado con sus problemas y divorciado de sus riquezas.
- - El pingüino es monógamo. ¿Y por qué cree que le dicen Pájaro Bobo?
- Eso de "hasta que la muerte los separe" es una incitación al asesinato.
- Acepto que la Eulogia es fulera, pero es de las que demuestran la beyeza por el absurdo.
- La Eulogia es, lejos, la mejor prienda que conocí en mi vida. Bien lejos... 20, 30 kilómetros. De cerca es así, jodida...
- La Eulogia es una santa. No como mi cuñada que sufre el Síndrome de la Abeja Reina. Se cree una reina y es un bicho.
- A veces la picardía crioya es sólo desesperación, Mendieta.
- ¡Mire esta vaca, Serafín! Musa inspiradora de miles de composiciones escolares... ¡Y ahora es acusada de traficante de colesterol por el naturismo apátrida! Nos da su leche, su carne, su cuero. ¡Lo quiero ver a usté haciéndose una campera de zapayitos!
- Yo no quiero ser irrespetuoso, Eulogia, pero lo que ha hecho Tata Dios con usté es abuso de autoridá.
Aforismos de su Tata
- El que nada desea, es sospechoso.
- El hombre sabio es pobre en apariencia, pues su tesoro esta en Suiza.
- Para el sabio no existe la riqueza. Para el virtuoso no existe el poder. Y para el poderoso no existen ni el sabio ni el virtuoso.
- Te regalaría las estrellas, pero te has empecinado en un par de zapatos.
- Si crees en la reencarnación, no te rías de la fealdad del sapo.
- Cuando alcancé la sabiduría, ella me miró y dijo: "Ya me alcanza cualquiera”.
- Lo llamaron científico, estadista y pensador. Pero nunca fue tan feliz como cuando lo llamaron "Bichi".
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