martes, 20 de enero de 2009

Las benditas tarjetas de SAETA

Otra pequeña muestra de idioticracia salteña

No importa que usted tome o no el colectivo. Esta nota lo ayudará a decidir en las urnas, aunque usted no tenga que hacer colas kilométricas para recargar su tarjeta del colectivo, o peregrinar mendigando cambio para juntar $1,25 en monedas. Desconozco si será así la situación, pero si las autoridades calculan el presupuesto provincial y municipal con el mismo tino con el que administran el transporte público, ya sabemos porqué estamos como estamos.

¿Quería saber usted porqué las colas son tan largas en los puntos de recarga? Pues bien, he aquí una explicación, que espero que llegue a manos de las autoridades irresponsables.

Mensualmente se venden unos 9 millones de boletos en el área interurbana de Salta. Si dividimos por 30, nos da que son unos 300.000 boletos diarios. Si usted multiplica por $1,25 que sale cada viaje, obtendrá que en el día se recaudan unos $375.000. Hasta ahora, puro números. Pero aquí empieza el triste viaje a la realidad.

SAETA, en su página de internet, declara que existen unos 80 puntos de recarga, lo cual es falso porque muchos de ellos ya se desvincularon del negocio. Lo hicieron porque, para obtener autorización para recargar tarjetas por hasta $2.000, deben hacer un depósito en garantía de $11.000. Muy atinado, claro: “dejemé $11.000 por si las dudas usted no me paga $2.000”. Y no pueden ser más de $2.000, ya que el posnet no deja seguir recargando tarjetas cuando se alcanza este límite y no viene una persona a juntar lo recaudado y desbloquear el aparato.

Las personas que hacen este trabajo, según comentaron en un ex-punto de recarga, son sólo tres. Estamos en condiciones de seguir haciendo números. Síganos, son cálculos simples, nadie se va a perder.

Si en el día tenemos que juntar $375.000, en tramos de $2.000 (el dichoso límite), entonces será necesario hacer unas 188 recargas diarias (375.000/2.000 = 187,5). Si dividimos este número por las tres personas autorizadas, nos da que cada uno debe hacer unas 63 operaciones por día.

¿Se imagina usted visitar 63 lugares distintos en 8 horas e irse con $2.000 de cada uno? Y sí, es mucho. Por eso, los puntos de recarga deben esperar entre dos y cinco días para que lo autoricen a seguir recargando.

Viéndolo de otra manera: si se recaudan unos $375.000 diarios, eso significa que en promedio, cada uno de los 80 puntos de recarga debe vender pasajes por $4.688, lo que determina que deba ser autorizado a seguir recargando entre 2 y 3 veces por día. Claro que con una espera de 2 a 5 días para obtener cada autorización, no hay manera de que den abasto.

Concluyendo, cabe preguntarse si SAETA o la AMT piensan de esta forma instaurar la tarjeta como el único medio de pago del transporte público. Esperemos que se iluminen y aceiten los engranajes. Por el bien nuestro, y por el suyo. Ciudad.WIKI no olvida.♦

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