martes, 20 de enero de 2009

Peregrinación hippie a la Quebrada de Humahuaca

Me cacho en el turismo

¿Pensaba usted en unas vacaciones en familia, gasoleras y tranquilas? Pues quédese en su casa. Últimamente se ha puesto de moda entre la juventud de todo el país trasladarse a los otrora tranquilos pueblos vallistos, donde tienen vía libre para intoxicarse con todas las drogas conocidas, y de paso hacer un “viaje” comiendo los ancestrales hongos alucinógenos que allí abundan.

El resultado es una marea de pseudo-hippies de bamboleante paso e inentendible habla, que recuerdan a los zombies centroamericanos, aunque un poco más coloridos en su vestimenta. La mayoría de ellos se encuentran tendidos horizontalmente en cualquier parte, y hay que tener cuidado de no tropezarse, ya que la abundante suciedad y diversa fauna que arrastran los camufla con el suelo. La manera más facil de detectarlos es mediante el olfato, así que si usted siente un olor raro, directamente pegue un brinco, porque si sigue caminando mientras se pregunta por las cloacas, seguro se va a llevar uno por delante, contagíandose vaya a saber qué hongo en los pies.

Si usted añora el trato que en otro tiempo se recibía de la humilde gente de los pueblos originarios, vaya sabiendo que ahora lo tratarán como a un indeseable colonizador, por lo que lo mirarán con su peor cara y le cerrarán las puertas de sus lugares. Esto es consecuencia del comportamiento observado en la gran mayoría de “turistas” que copan los valles año a año, que gustan de burlarse de la gente del lugar, ensuciar todo, llevar sus malos hábitos ciudadanos y acabar con la milenaria cultura que tanto enorgullece a los vallistos.

De tener mucha suerte, usted conseguirá alojarse en algún piringundín de cuarta, regenteado por otro pseudo-hippie que fue expulsado de alguna gran ciudad, seguramente por su poca afición al trabajo. Allí, por un módico precio digno de un hotel de 4 o 5 estrellas, usted podrá descansar en añejos y vencidos colchones, cubriéndose con transparentes y pelusientas sábanas, todo ello en la agradable compañía de vinchucas y cucarachas.

A la hora de comer, tampoco piense en comida regional. Ya hemos dicho que no lo dejarán entrar a los negocios de la gente del lugar, por lo que tendrá que conformarse gastando el aguinaldo en pobres e insípidos tamales (rellenos con sobras de carne vieja) o en un singular puchero de cogote de llama, en algún restaurante donde cocinan y atienden sus dueños ( porteños ).

De seguro los vallistos originarios nos van a agradecer esta nota, y le agradecerán a usted también si cambia de idea respecto a sus vacaciones. Desde que la Quebrada de Humahuaca fue declarada “Patrimonio de la Humanidad”, sus pueblos se han visto alienados y sofocados por esta ola de turismo e inversiones. Cuánto quisieran ellos, y cuánto quisiéramos nosotros, que todo volviera a ser como antes.♦


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabo de llegar de esos lares. Es indignante, ALGUIEN tiene que hacer algo, no llegué a Humahuaca, porque después de pasar por Purmamarca y Tilcara no quise escarbar en la herida abierta. Es lamentable el deterioro sufrido, no hay control, la polución es de todo tipo, ni siquiera pude sacar fotos de las callejuelas emblemáticas porque los autos, camionetas de todo porte, propagandas, etc. tapaban la visual del caminante. No pueden PROTEGER de esta invasión bárbara esos lugares? cuál es la autoridad encargada de su preservación? el Banco MACRO no puede elegir otro lugar para propagandear u otra forma que no sea la de agredir con un GIGANTE cartel azul, frente a la placita principal de Tilcara, cartel que tapa TOTALMENTE un cuarto de cuadra? qué desprecio por lo nuestro, por nuestra historia, por los habitantes, hay alguna autoridad allí? qué está haciendo para poner coto a esta destrucción? irresponsables e ignorantes, son los adjetivos que en mi indignación me surgen en este momento.

Redacción Ciudad.WIKI dijo...

Totalmente de acuerdo, estimado Anónimo. ¿Sabías que un terreno en Purmamarca llegó a valer más que uno en Puerto Madero? Verdaderamente da lástima llegar y ver la alienación del lugar. Qué lindo era cuando llegábamos y nos trataban como a un buen invitado, en cambio ahora la gente del lugar no nos puede ver, y con toda razón. Es gente muy orgullosa de su cultura, y los "gringos" la estamos haciendo pedazos, y todo por unos pesos. ¿Para qué hay semejante banco el Tilcara? Pues para nos, los turistas. Si no fuera por eso, Tilcara no tiene mercado para un banco. ¿Y las autoridades? Como en todos los demás rubros, los políticos no solo hacen la vista gorda, sino que incluso suman algunos negocios. En toda la quebrada de Humahuaca se están vendiendo terrenos "fiscales", que en realidad son de gente de ahí, sólo que nunca los inscribieron, ya que es su propiedad desde varias generaciones atrás. En fin, por mi parte, me c.... en el turismo. No ayuda a la gente del pueblo, sólo es negocio para algunos que se trasladan desde grandes centros urbanos. Un saludo y gracias por participar en la revista.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con los comentarios anteriores. Es una realidad que los efectos del turismo masivo en la Quebrada de Humahuaca son un perjuicio social con magros beneficios económicos para la población del lugar. Recuerdo que cuando fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad se inició una escalada de especulación inmobiliaria foránea con precios ridículos para la zona, con acuerdo de los políticos locales de turno. En lo ambiental, supongo que la generación de basura habrá aumentado geométricamente, y es de imaginar que los basurales de la quebrada no están pensados para semejante volumen. En sintesis, esta cadena de transformaciones en las comunidades de la quebrada están convirtiéndola en algo cada vez más parecido a la cultura de los turistas.

Sin embargo, los cambios se producen a pesar de todo. Es imposible que todo vuelva a ser como antes porque la pobreza nunca fue, es y será pintoresca. Recordemos los altos índices de desnutrición de los alumnos de las escuelas rurales de Jujuy, donde el gobierno aporta no más de $ 1/día para la alimentación de los chicos. El turismo es trabajo, que en el caso de la quebrada tiene que ser regulado por las autoridades y premiado con turistas respetuosos. Es una camino de ida sin retorno.


En la nota, el redactor desliza generalizaciones poco felices de la juventud que visita la zona, tales como: ... "la juventud de todo el país.. tiene vía libre para intoxicarse con todas las drogas conocidas", "marea de pseudo-hippies de bamboleante paso e inentendible habla", "la abundante suciedad y diversa fauna que arrastran los camufla con el suelo", o "pseudo-hippie que fue expulsado de alguna gran ciudad, seguramente por su poca afición al trabajo". No voy a explayarme sobre las citadas generalizaciones. Simplemente, diré que siempre es un riesgo colocarse en evaluador moral de los otros.

"Si ves a alguien cometer un error, aunque sea grave, no te juzgues mejor que él, porque no sabes hasta cuando podrás mantenerte en el buen camino". Imitación de Cristo, Thomas Kempis

Mis sinceras felicitaciones por la revista.

Redacción Ciudad.WIKI dijo...

Esimado Rodrigo: esta redacción está totalmente de acuerdo con todos tus dichos, incluso con los “palos” para el redactor. En verdad las generalizaciones siempre son poco felices, y, para este caso particular, estamos seguros de que no todos los jóvenes turistas, ni todos los empresarios de la zona, ni nada en su totalidad es como lo pinta la nota, que, lejos de ser seria, pretendió sólo ser transgresora e irónica al tiempo que denunciara la gravedad de la alienación que están sufriendo estos pueblos. La redacción de la revista procura dar siempre una mirada distinta, que la distinga entre otros medios, y que provoque el debate. En cambio, todos las notas que vi en otros medios no salían de los lugares comunes: el colorido carnaval, la hospitalidad del pueblo, la belleza del paisaje y bla bla bla. Eso es pura propaganda, de ahí nunca se hubiera generado este tipo de colaboraciones tan valiosas (la tuya y la de “anónimo”). Da esperanza ver que una nota parcial y poco seria pueda generar un debate profundo y serio como este. Eso es precisamente lo que buscamos: promocionar el valor de INVOLUCRARSE, SER PARTE y COLABORAR.

Rodrigo: un saludo afectuoso, y muchas gracias por tu participación y tu consideración para con la revista. Pedimos tu autorización para publicar tu mensaje con tu nombre en la versión impresa. ¿Qué te parece?
A los demás: pedimos disculpas si alguna generalización los ofendió, pero está claro que no afirmamos que todos sean así.

Anónimo dijo...

Me parece bien. Gracias.